Pues para esto es este taller. Para que no vuelvas a tener que huir, para que no vuelvas a estar en estrés, para que pongas a los demás en el lugar que les corresponde estar, y a ti en el tuyo.

Porque la gente opina aunque no se lo pidas. Y muchas veces, las opiniones que más nos dañan vienen del entorno más cercano, el que supuestamente más nos quiere. Y ahí, lo pasamos muy mal. Porque intentamos cambiar para que sus opiniones sean distintas, para que dejen de criticarnos. Porque acabamos olvidándonos de nosotras mismas para evitar situaciones que provocan los demás. Porque nuestra autoestima se va destruyendo por esto, y no nos damos ni cuenta.

Lidiamos todos los días, tanto en casa, con amigos o en el trabajo, con situaciones en las que se nos juzga (no tiene que ser con mala intención), o bien recibimos críticas por nuestra forma de vivir, de hacer, e incluso de sentir. Y nadie nos prepara para defendernos de ello, por lo que poco a poco va quedándose en nuestro interior y va modificando nuestra forma de ser.

A mí antes me afectaba mucho lo que la gente opinaba. De hecho evitaba cualquier situación en la que se me pudiera juzgar, ya que me lo llevaba puesto y me sentía fatal. Me notaba en tensión, queriendo salir de ahí pronto, porque mis emociones empezaban a aflorar. Me afectaba hasta el punto de llegar a dudar de mí, de lo que yo creía. Obviamente no me afectaban igual todas las opiniones, siempre afectan más las más cercanas.

Te lo cuento porque ahora todo eso es un recuerdo lejano, y soy capaz de escuchar con calma, de sentirme tranquila, de sonreír en esas situaciones, de dejar atrás lo que escucho y no quedarme pensando en ello, de que me de igual, y de apartarme de donde no quiero estar. Pero todo desde la amabilidad y la calma.